Ceràmica blava catalana de la Col·lecció Mascort

Para obtener el resultado deseado hacían falta dos cocidas. En la primera se cocía la pieza una vez torneada: era lo que se llamaba «bescuit». Tras cocidas, las piezas se barnizaban sumergiéndolas en una preparación a base de óxidos de plomo y de estaño y, una vez secas, se les aplicaba la decoración directamente sobre el barniz blanco cuando aún estaba crudo. En una segunda cocida se cocía todo: barniz y decoración. Este era el procedimiento en las producciones de los siglos XVII a XIX.

Las piezas elegidas muestran algunos ejemplares de las producciones de Barcelona y Lleida: una magnífica jarra de aguamaniles, inspirada en las producciones de Savona (norte de Italia), decorada con un gran barco, una plata de la serie llamada «de faixes o cintes», y piezas destinadas a uso farmacéutico (una orza de la serie llamada «de les puntilles», inspirada en la producción de la Real Fábrica de Alcora, y un bote de boticario que muy probablemente pertenecía al convento de la Merçè de Barcelona). Las cuatro piezas datan del siglo XVIII.

Se muestra asimismo una fuente de la producción de Lleida, de la serie llamada «de la panotxa» de inspiración italiana, y un curioso platillo «de aceitunas» o de engaño. Las piezas datan de la segunda mitad del siglo XVII.