El Terracota Museu es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial de la industria cerámica bisbalense. El Terracotta Museu está abierto al público, es accesible e inclusivo, y fomenta la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de la ciudadanía opera y comunica ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos.
El Terracotta Museo de Cerámica tiene como finalidad conservar y difundir el patrimonio científico, técnico e industrial de la cerámica bisbalense, dar a conocer el proceso de industrialización particular ocurrido dentro del ámbito específico de actuación, fomentar el conocimiento de la ciencia y técnica actuales y vertebrar la museología científica y técnica referente al aspecto de la industrialización.
El hecho de que la sede del Museo esté ubicada en un edificio industrial permite evidenciar e integrar en el discurso museográfico toda una serie de elementos arquitectónicos característicos de la producción: balsas de colar la tierra, chimeneas, depósitos de arcilla y engobe, hornos. ..; sin duda, la preservación y puesta en valor de estos elementos convierte Terracotta en uno de los equipamientos culturales más singulares de nuestra región.
El Museo tiene un fondo de más de diez mil piezas entre objetos cerámicos, herramientas y utensilios relacionados con su fabricación, la mayoría de las cuales han sido dadas por los fabricantes bisbalenses. También pertenece a su fondo una importante colección de cerámica cedida por la Generalitat formada por más de tres mil vasijas de toda la Península Ibérica y de las islas Baleares y Canarias.
El Museo fue inaugurado por iniciativa municipal en 1991, momento en que se abrió una sala de exposiciones temporales. En 1998, una vez rehabilitado parcialmente el edificio se abrió una primera exposición permanente. En 2009, el Museo cerraba puertas para iniciar lo que serían las definitivas obras de restauración del edificio, una actuación que se prolongó hasta finales de 2015 cuando el Museo reabría de manera definitiva.
Las obras supusieron la transformación radical de la institución y, sin duda, marcaron su porvenir. La reforma realizada comportó, por un lado, la monumentalización del edificio con el fin de incrementar su capacidad de promoción y atracción, la adecuación y puesta al día de los diferentes servicios y, por otro, la redacción y ejecución de un nuevo proyecto museográfico que permitió renovar la exposición permanente y programar una oferta de actividades culturales y de ocio renovada.
El Museo representa para la industria cerámica de la Bisbal y de las comarcas gerundenses un emblema sectorial de primer orden que realza sus valores de tradición (muchas de las empresas actuales son más que centenarias); sin duda el Museo es, en estos momentos, la apuesta cultural de mayor proyección de la Bisbal y uno de los museos de cerámica más importantes del país.